Noruega es un ejemplo a seguir como país. No solo por la implementación de energías renovables, como han hecho los países nórdicos en casi su totalidad, sino porque en la mayoría de rankings donde se evalúa la cotidianeidad de la sociedad, la seguridad, economía o cuestiones político económicas siempre aparece en un top 3. Y ahora se le agregó la industria automotriz, un fuerte que mostró impresionantes números en 2024.
Una de las novedades que ha dejado el ascenso de Noruega en 2024 en la industria automotriz marca un tinte distinto. ¿Por qué? El país nórdico se relaciona directamente como un territorio petrolero, y su escalada en el ámbito automotor está relacionada con los autos eléctricos, que irrumpieron de forma escandalosa en la ciudad y se encuentran en todos lados.
Miles de artículos reflejan la sostenibilidad que caracteriza a Noruega. Las energías renovables son una fracción del país, principalmente con los paneles solares y los aerogeneradores. Noruega es uno de los primeros países en detectar la gravedad de la crisis climática y ponerse en campaña para reducir la huella de carbono y alcanzar la neutralidad en el largo plazo.
A través de políticas y actores económicos, Noruega consiguió convencer a la mayoría de sus habitantes de utilizar autos eléctricos y en 2024, los números quedaron a la vista, incluso muy por encima de la Unión Europea. A pesar de la baja en general de los autos eléctricos, el país europeo obtuvo récords en sus producciones y los autos con combustión interna han quedado muy relegados.
Con más del 96% de autos matriculados en septiembre del 2024, y con casi el 90% de autos vendidos en calidad de eléctricos, Noruega se convirtió en líder de la electrificación automotriz. El pico de ventas alcanzó el 98% en el territorio y lo hizo por sus políticas sostenibles, por factores económicos y culturales que le permitieron a la población noruega decantarse por estos modelos.
Hay ciertos motivos por los que Noruega se convirtió en líder de autos eléctricos y cuenta con desafíos por delante.
Los motivos por los que Noruega se convirtió en líder de autos eléctricos
Una de las primeras tomas que claramente modificó la tendencia fue la quita de impuestos a los autos eléctricos y la suba de las tasas en los autos a combustión. No solo esto, sino que la utilización de estacionamientos gratuitos, descuentos y otros carriles más fáciles de acceder aumentaron la comparativa entre ambos modelos de autos. En general, fueron políticas económicas y culturales que beneficiaron a los autos eléctricos y perjudicaron a los autos a combustión.
Otra de las razones que generaron el cambio en Noruega fueron las creaciones de espacios para autos eléctricos, sobre todo con las estaciones de carga. El país invirtió muy fuerte en estaciones de carga para alimentar los autos eléctricos, algo que es muy necesario y demandante en el presente, con contrapuntos que sufren los países ante la fuerte demanda y la escasez en la oferta.
Un nuevo ítem también relaciona el poder económico de Noruega. El país pudo darse el lujo de eliminar los impuestos de los autos eléctricos ante el respaldo económico de un fondo soberano. Un punto a destacar ya que muchos países no pueden permitirse estas acciones. A diferencia de lo que busca Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea, Noruega no lidia con China y sus tasas bajas de impuestos y abrió las puertas de su mercado para que haya una diversificación.
Los desafíos que tiene por delante el país
Por más que Noruega se haya consolidado como un país líder de la electrificación en sus autos, siguen habiendo desafíos y obstáculos para alcanzar la excelencia. Uno de ellos es la escasez en las estaciones de carga, lo que genera una demanda alta y la chance de que la energía peligre en varias regiones ante el sobreconsumo.
Otra de las sugerencias que han lanzado los especialistas se relaciona con la aplicación de estas medidas en los medios de transporte en general. El punto a favor que mantiene Noruega es que lo puede hacer ante la sostenibilidad que maneja en el día a día.
Noruega se transformó en un ejemplo a seguir. La Unión Europea, en medio de una crisis de sus mayores fabricantes y ante la baja de las ventas en los autos eléctricos, debería mirar de reojo la toma de decisiones del pueblo noruego. La encrucijada que mantienen algunos países europeos es que, a diferencia de Noruega, no tendrían en cuenta eliminar los aranceles a China. Una diferencia que por el momento no se dará a torcer y que podría significar otro comienzo.