Un movimiento más de BYD, y una medida muy favorable para Hungría, país europeo. Las recientes novedades de mayo de 2025 manifestaron un acuerdo entre la empresa de autos eléctricos china y el país del Viejo Continente para sellar una fábrica y un centro de investigación y desarrollo. Una movida de piezas que se ajusta con las pretensiones globales del fabricante.
BYD, acrónimo de “Build your Dreams”, es un fabricante de origen que se ha vuelto popular en el mercado ante la producción en masa de autos eléctricos, un nicho que ha quedado de patas arriba ante la intervención de los asiáticos y la estancada por parte de los europeos y norteamericanos. El fabricante chino, con miras de globalizar su red de autos eléctricos, ya se instaló en Brasil y ahora desembarcará en Hungría.
La apertura de un nuevo centro de investigación fomentará el desarrollo de inversores extranjeros en Hungría y creará varios puestos de empleo. toda una media favorable para el país europeo, que celebró el acuerdo con BYD y lo calificó como un paso “en desarrollo”.
Los objetivos de BYD en Europa
El lazo entre el fabricante chino y el país europeo no sorprende en la industria automotriz. Desde hace un buen tiempo que la empresa de autos eléctricos produce en masa e intenta capitalizar continentes a través de ventas a bajos costos y una fabricación estimada en 2025 para 12 millones de unidades, un número atípico.
La fábrica de BYD en Hungría será la sede central, sumado al centro de investigación y desarrollo, donde se debatirán temáticas relacionadas a la tecnología de movilidad moderna y tecnologías orientadas a la electrificación. Una de las claves que sedujo a Hungría es que la firma de vehículos se propuso a patentar vehículos en el país y a colaborar con proveedores y agentes húngaros. Para Hungría, este ítem es sustancial en su crecimiento.
¿Cuáles serán los tres pilares de la marca en el país europeo? La primera de ellas es el servicio de ventas y postventas, es decir, toda la actividad relacionada con los activos y pasivos. En segundo lugar, las pruebas de los autos y las certificaciones, que servirán para el análisis de la mejora continua. Y en última instancia, el diseño y desarrollo que tendrán los autos y sus respectivas características. Los modelos se ajustarán al mercado europeo.
Una de las advertencias manifestadas por el director general de BYD se asemeja con “la integración local con los mercados locales”. Esta declaración deja entrever que el plan está diseñado para difundir el trabajo entre las ciudades y países europeos. El objetivo es claro: crecer en Europa. La primera barrera, y quizá el más complicada, es establecerse en el Viejo Continente, en este caso Hungría, y desde allí abastecer a los países aledaños e interesados en los autos eléctricos.
Las empresas que se mantienen en vilo ante esta movida son las europeas, caso como el Grupo Volkswagen, Renault, o las asiáticas como Toyota y demás ante el crecimiento sostenido de BYD por todo el mundo. En los próximos meses, se desatará “una batalla” en el segmento de autos electrificados.
El ciclo de montaje planeado por Hungría es el siguiente: en primer lugar la fábrica con la producción de vehículos. Luego el centro de desarrollo, y en última instancia, el lugar de investigación. Estas pretensiones del país fueron acordadas con BYD, que ha seguido los pasos a la perfección y montará en hilación cada una de las acciones.
Un detalle no menor es que el fabricante chino ya tiene su propio vínculo con Hungría. Hace unos años, los chinos aterrizaron en suelo híungaron con una fábrica de producción de buses eléctricos.
Sigue la revolución de la construcción de sueños
Nada parece detener el camino de BYD, que transita por una senda de producción masiva y ventas en grandes cantidades. El año pasado reinó en el segmento de autos eléctricos, donde superó a Tesla, la pionera en la materia, y este año pronostican más de cinco millones de unidades. El año pasado, lograron superar la barrera de 10 millones en cuanto a fabricación de veículos, números atípicos en la industria automotriz.
Las novedades de BYD no se quedan ahí. En 2025 han presentado estaciones de carga con niveles de velocidad impredecibles, y con una carga de más de 4000 km de autonomía, con una potencia máxima de carga de 1000 voltios. Acciones que reflejan la actualidad de la marca, que se aventura en un mercado que pretende globalizar aún más.
La expansión en Europa, con la llegada a Hungría, pone en jaque a los competidores alemanes, italianos y países aledaños presentes en la industria automotriz. Y por otro lado, aumenta las chances de más empresas que lleguen desde China a otros continentes.