Hablar de plagio o copia en la industria automotriz es sinónimo de referirse a China, no por una opinión personal, sino porque las pruebas han delatado modelos similares a otros por parte de los fabricantes asiáticos. Una regla clara de la industria es la originalidad, innovación e identidad, normas que se cumplen pero a veces se pasan por alto. Por color, por diseño y estructura, hay varios ejemplos chinos que delatan los sistemas de plagio.
En el presente, ante un desarrollo escalonado por parte de las marcas chinas, el país ya no está catalogado como un agente de plagio, pero hasta hace no mucho tiempo la realidad era otra, y la mirada también. Un repaso por varios modelos sirve para ejemplificar esta posición que adoptó China. En China no hay una regla oficial que imposibilite la “copia”, pero varios antecedentes legales, sobre todo a las empresas más populares, generaron controversias.
Casos más resonantes de plagio en la industria automotriz
El modelo “Range Rover Evoque” es un auto originario del Reino Unido. Una SUV (vehículo utilitario deportivo) con tracción integral, que alude a la potencia enviada por el motor a las cuatro ruedas del auto, completando todo el sistema. Este vehículo generó tanta popularidad en el Reino Unido que desde China no se quedaron con las manos vacías. La marca “Land Wing” introdujo en el mercado el modelo “X7”, una copia exacta del Range, con la misma estructura, forma y proporciones. Un modelo que no duró ya que la empresa británica demandó a la china y provocó la desaparición del X7. La principal diferencia es que en China era mucho más barato y el color era el mismo.
Otro ejemplo relaciona a Geely con Rolls-Royce. La empresa china, una de las más populares en la actualidad y con grandes niveles de ventas, ha utilizado este sistema de plagio para conmemorar el “Phantom”, el modelo inicial de Rolls-Royce. El modelo “Geely GE” igualó la parrilla delantera de metal y detalles cromados, además de la misma forma. En su momento, el modelo de la automotriz británica fue calificado como el “más lujoso del mundo».
Siguiendo con los ejemplos chinos, Jeep y BAIC también dieron de qué hablar. Esta comparación no asocia la copia como un problema debido a que partes menores de empresas cuentan con un plus de alianza que permitió la cesión de derechos para fabricar de forma similar. El modelo de BAIC es similar al “Jeep Wrangler”. Esto se debe a que Jeep forma parte de Chrysler Group, que tiene un pacto con una empresa de Shanghai, China. El motor es el mismo, el sistema de tracción también y lo que cambia es parte delantera. Este caso es uno de los pocos que no tuvo mala repercusión ante la concesión de derechos por parte de un modelo existente.
El “Mini Cooper”, orientado por BMW, fue un lanzamiento que revolucionó claramente el mercado. Quién tomó las riendas y copió este molde bajo el mismo color azul fue Lifan bajo su nombre “320”, un diseño exterior no tan parecido pero sí desde la parte interna. El modelo nunca llegó a Argentina pero sí a Uruguay y Brasil, donde en este último país fue rechazado por un demanda que lo calificó como plagio.
En 2008, Chery imitó un gran pasaje de la aventura de Toyota. El modelo en cuestión, el “Tiggo”, era similar al “Rav4” de Toyota. Inspirado en la empresa japonesa, la automotriz china adoptó esos rasgos y los potenció, con una versión del fabricante más evolucionada.
El presente chino
La actualidad del mercado chino en la industria automotriz ha disminuido en gran parte el plagio. ¿Por qué? El aumento ilimitado del país en el rubro automotor permite un sustento separado e individual que abastece lo suficiente en todos los mercados para ser rentable y económico. Los bajos precios, la calidad, electrificación y producción en masa son cuatro aspectos claves del mercado que argumentan su buen presente. Marcas como BYD, Geely, Gac Motors y demás están presentes en varios puntos del mundo.
El auge chino ya se explica por sí solo. Marcas como Tesla de Estados Unidos, líder en la electrificación, ha quedado relegada ante el ascenso impresionante de China y su flota masiva de autos eléctricos. Europa también quedó en jaque ante los impulsos chinos, los bajos costos y una producción muy grande. BYD, una de las empresas más populares, pretende una fabricación de doce millones de unidades para el 2025.
Los casos de plagio son recordados ante la similitud en los modelos y las denuncias judiciales en algunos casos. Con el cambio de página, China superó esos obstáculos y ahora se dedica exclusivamente a operar en términos individuales y a bajos costos.