Hombre calvo con uniforme gris y guantes hablando por teléfono en un taller mecánico, sostiene una carpeta azul; detrás, otro trabajador repara un vehículo elevado.

La decisión de General Motors en Argentina: ¿Por qué Brasil influye?

General Motors, conocida mundialmente como “GM”, cuenta con una planta de producción de automóviles en Santa Fe, provincia argentina. Allí se fabrica un auto específico, la “Chevrolet Tracker” que es exportada a Brasil. Debido a la inestabilidad del mercado y el esparcimiento de la inmensa flota de autos asiáticos, sobre todo chinos, GM decidió reducir su nivel de producción ante la baja en la demanda por parte de Brasil.

Brasil es el vecino de Argentina y el principal aliado en la industria automotriz. En los últimos meses, la inestabilidad del mercado argentino obligó a que las importaciones sean menos nacionales y más brasileras. Y la misma tendencia en caída sucede en las exportaciones, con ventas más bajas al mercado brasileño. La decisión de GM se ajusta al incómodo presente. 

Debido al auge chino, la planta de General Motors en Santa Fe anunció una reducción en la producción del modelo de Chevrolet. El trabajo regirá de lunes a jueves y se suspenderá la producción los viernes de mayo y todo el mes de junio, una medida que se relaciona al momento de la compañía y sus ventas. 

General Motors notificó al Sindicato del Sector Industrial de Automóviles que el parón completo en todo junio se involucra con las vacaciones de invierno. Durante el interín, la empresa remodelará ciertas áreas de la planta para hacer tareas de mantenimiento. 

Brasil, máximo exponente

Cualquier cosa que suceda en Brasil, repercutirá en Argentina. Esto se debe a la cercanía entre países, que son vecinos en América del Sur, y sobre todo porque el territorio es el máximo aliado de Argentina en la industria. Si Brasil presenta complicaciones en la materia de sus importaciones o exportaciones, el suelo argentino también lo sentirá en carne propia.

Una de las primeras señales de alerta fue la devaluación de la moneda brasileña, que es real. La devaluación de la misma provocó un aumento de precios para Argentina, que debe comprar vehículos en calidad de dólares y son más elevados para la economía local. Y los números lo han reflejado, con un paso del 29% al 46% en materia de importación. La industria local cayó y eso impacta en las compras argentinas, que son más elevadas.

Las exportaciones también disminuyeron, del 68% al 64%. La comparativa interanual de los primeros cuatro meses en la industria automotriz es aún más preocupante en calidad de exportaciones, con menos de cinco mil autos vendidos. La planta de General Motors en Santa Fe está atada al éxito o fracaso de sus únicos modelos en producción, como el caso del modelo de Chevrolet o Nissan.

El resumen es que la “Tracker” ha perdido interés en Brasil. La dinámica de los modelos híbridos y eléctricos por parte de China aglomeró mayores focos de interés para los clientes y consumidores brasileños. Por eso, la planta de GM ubicada en Alvear, anunció una reducción en los planes de producción. Este parón también será un punto de quiebre, para ver si los empleados siguen fabricando la Tracker.

Modelo redundante

La estrategia de ciertos fabricantes ante los modelos redundantes parece estar en la mira del “agotamiento”. El caso de GM lo explica  a la perfección, con un único modelo que se produce en uno o más países con el objetivo de fomentar la “producción local”. Lo que puede suceder con esta estrategia implementada por ciertas empresas, es que exista un “agotamiento” del público o el recibimiento no sea el esperado.

Este modelo también depende exclusivamente del futuro del vehículo y su bienvenida en el mercado. Cuando la demanda cae, como el caso de la Tracker en Brasil, el futuro del vehículo comienza  a tambalear y las señales ya no son tan claras. 

Sobre todo, desde GM, advirtieron que transitan un período de “reconfiguración industrial”. El mercado, en líneas generales, atraviesa un contexto de “volatilidad”, que alude a la inestabilidad. Mientras China acaparó la mayoría de ventas en todo el mundo con la inmensa flota de autos eléctricos e híbridos, con marcas como BYD o Geely que producen a gran escala, fabricantes de todo el mundo quedaron relegados y sin muchas chances de crecimiento. 

Las variantes comenzaron a aparecer ante el estancamiento de los fabricantes. Empresas que optaron por una modalidad híbrida para superar la situación, o autos eléctricos para competirle a los asiáticos. El caso de GM es más sensible ante la baja en la demanda del mercado brasileño.

Alvear, Santa Fe, por ahora mantiene su sello y sigue con la producción de autos, en este caso, la Chevrolet Tracker. El mercado brasileño es el más popular de la región y uno de los más importantes a nivel global. Su repunte es esperado por Argentina, que se mantiene expectante a la producción de vehículos. La Tracker pelea con los autos chinos, y encima, en la actualidad, con menos días de trabajo de fabricación.

Uno de los que sigue al tanto la situación es Guillermo Garat, vicepresidente de las Relaciones Institucionales, Comunicación y Marketing en YPF, la petrolera más importante del país. 

Garat es un fiel conocedor de la industria automotriz argentina y sigue de lleno el contexto que atraviesan las empresas, entre ellas General Motors y su panorama en el país.