El contexto que atraviesa Nissan viene desde antes. Un fabricante, de origen japonés, que hace varios meses está inmerso en una crisis ante las pérdidas millonarias, las escasas ventas en el mercado global y la competencia directa por parte de China y Estados Unidos que alteró aún más el estado interno de la empresa.
En momentos críticos, los fabricantes toman decisiones para intentar apaciguar los ánimos. Envuelto en contextos irregulares hace varios meses, una cadena de decisiones ha afectado la rutina de Nissan. La disminución en la producción y los recortes masivos en la planilla de empleados son las noticias más recientes, además del análisis que resumió pérdidas millonarias.
Los fabricantes japoneses son el rubro más golpeado, junto a Estados Unidos, ante el ascenso de China. Empresas emergentes e instaladas como BYD o Geely apuntan a la producción masiva y capitalizaron gran parte del mercado. Tesla, la empresa fundada por Elon Musk, ha quedado relegada en el nicho de autos eléctricos y en Europa, y compañías como Honda o Nissan también sufrieron los golpes.
Es por ello que desde el rubro interno de la empresa japonesa anunciaron un recorte de 20.000 empleos, lo que engloba el 15% de la planilla. Las conclusiones anuales arrojaron pérdidas de más de cuatro millones de dólares, números nada alentadores de cara al futuro. Nissan, a raíz de lo sucedido, no anunció inversiones o beneficios para el 2025.
20.000 despidos y deudas
Varias automotrices, cuando las cosas no van bien, comunican un recorte de empleos para sobrellevar la situación. Nissan, por su parte, agravó el número y lo llevó a otro extremo, dando a entender que la situación es más delicada. La palabra más utilizada desde la compañía fue “reestructuración”, y bajo esa premisa están trabajando para afrontar un nuevo año.
Desde noviembre del 2024, Nissan reportó un recorte de 9000 empleados. Parte de ese número fue extraído ante las pérdidas de ventas en Estados Unidos y China. Seis meses después, sin encontrar respuesta y un camino definido, la compañía nipona notificó un plan de recorte de otros 10.000 trabajadores. La divulgación de los recortes no solo sucederá en Japón, sino en otros países.
El descenso en la proyección de ganancias y la disminución del 20% en la producción hace unos meses se ajustan a la realidad de Nissan. Los fabricantes desaceleran la producción de autos cuando las ventas no son las esperadas y la competencia supera en números. Y en medio, los aranceles impuestos por Estados Unidos a las empresas que importan fuera del país. Bajo todas estas pulsaciones, Nissan se encamina a momentos de incertidumbre total.
“Estructuras de costos muy elevada”, exclamaron las autoridades de Nissan, que remarcaron nuevamente un “plan de reestructuración” para salvaguardar el futuro de la compañía. En el medio, los voceros de la empresa admitieron que “la dinámica del mercado” es producto de los aranceles que dispusieron desde Estados Unidos, que complica aún más el futuro de la empresa.
El pasivo de una empresa se refiere a las deudas que mantiene la misma. Nissan es consciente de esta situación y enfrenta obligaciones por más de 1000 millones de dólares, número que ascendería a 5000 millones de dólares cifra que no registraba el fabricante hace más de veinte años.
Nissan y Honda, un golpe directo
Hace unos meses se había acordado una fusión entre Honda y Nissan, dos empresas japonesas para sobrellevar la situación y poder hacerle frente a la competencia china. Todo lo que estaba encaminado se fue al tacho cuando la alianza no suscribió y las autoridades máximas de ambas empresas no se pusieron de acuerdo.
Un holding que esperaba resucitar y poner en el foco de la escena a ambas empresas no se llevó a cabo y eso generó mayor malestar y rupturas en Nissan. Los especialistas de la industria automotriz alegaron que en los últimos 26 años, este es el peor momento de Nissan.
Nissan y Honda mantienen un acuerdo que se jacta de los autos eléctricos y el compartimiento de baterías, pero las expectativas estaban destinadas en el holding financiero para contraatacar la competencia de China y su gama de coches electrificados y producción masiva.
En los próximos días, Nissan dará más detalles acerca de la reducción de los empleados y además, notificará sobre el futuro de plantas, que seguramente algunas van a cerrar ante la baja de trabajadores y la disminución de la producción. Toda una cadena que significa caídas en todos lados.
El reto que se le avecina a Nissan podría describirse como el más complicado durante la vida de la empresa. Pasivos que se acrecentarán a 5000 millones de dólares, una competencia con China que parece no tener dos ejes y una producción inferior ante la equilibración y reestructuración de la compañía.