Es oficial. El martes 2 de abril, entrarán en vigor varias medidas que aplicará Donald Trump en su segundo mandato en la Casa Blanca, entre ellas, una que interfiere directamente en la industria automotriz. El presidente norteamericano anunció un arancel del 25% a todos aquellos automóviles fabricados en el extranjero y que ingresen a Estados Unidos: “Si se fabrica en el país, no habrá arancel” comentó Trump.
Esta medida, que comenzará a implementarse a comienzos de abril, impactó de lleno en los socios comerciales de Estados Unidos, en las acciones de las automotrices y la repentina suba de precios de los autos, temas a los que Trump le ha restado importancia. Lo cierto es que lo que sea venía planeando desde que asumió por segunda vez en la Casa Blanca, finalmente fue avalado.
Para la Unión Europea es un golpe directo en las entrañas del bloque. ¿Por qué? Los autos fabricados en el extranjero llegan en su mayoría al Viejo Continente. Actores involucrados en la dinámica de la industria alegaron que el precio de los autos se dispararían rápidamente, tema que no le mueve la aguja a Donald Trump y que calificó “sin cuidado”.
Furiosa reacción en Europa
La industria automotriz atraviesa momentos inquietantes. China escaló a pasos agigantados con la producción masiva de coches eléctricos y comenzó su plan de dinamitar en otros continentes, como Europa y América del Sur. Europa evalúa alternativas ante la caída de las acciones de los conglomerados de empresas más importantes y la reducción de ventas ante el auge chino. Los autos híbridos parecen ser la opción para seducir nuevamente a los consumidores. ¿Y Estados Unidos? Trump anunció el 25% de aranceles mientras Tesla, la compañía de autos eléctricos, transita un contexto tortuoso, con la peor caída de las acciones en toda su historia y un fuerte rechazo por parte del Viejo Continente.
Luego de la notificación de Trump, Europa no tardó en reaccionar. Voceros alemanes afirmaron que los aranceles” afectarán a todas las regiones”. Los más expuestos son Alemania e Italia, que carecen entre el 25% y 30% de las exportaciones en Estados Unidos. El Grupo Volkswagen, BMW y Stellantis son algunos de los conglomerados más populares que podrían sufrir los cambios. Algunos pronósticos manifestaron una baja del 7% para las empresas alemanas y de 6% para las italianas.
Impacto en Estados Unidos: acciones y precios
Según comentaron fuentes alemanas implicadas en la industria automotriz, las acciones de algunas empresas americanas cayeron, tema que no le preocupa a Donald Trump. Las acciones de General Motors disminuyeron un 7.8%, una baja sustancial. Otra temática de la que ya se rumorea entre los pasillos de la industria es acerca de la suba de precios en las unidades: “Van a ser caros”.
Los especialistas han declarado que el objetivo de los aranceles dispuestos por Trump es reforzar a las empresas estadounidenses y la fabricación del país. Un tema no menor para los actores es que los vehículos estadounidenses sufrirán la medida arancelaria debido a que varias autopartes que componen el auto provienen de México o Canadá.
Para dejar en claro, los protagonistas de la escena anticiparon una suba de precios tanto para los fabricantes como consumidores. No hay un valor fijo en el mercado que ilustre el aumento exacto de los vehículos, pero la mayoría acordó un incremento entre los 6000 y 7000 dólares por unidad.
La opinión del presidente Trump
Donald Trump está encasillado en su objetivo. Para el presidente norteamericano, lo más importante es que los estadounidenses escojan autos fabricados en el país. En una entrevista para una de las cadenas nacionales del país, Trump deslizó que “le tiene sin cuidado que los precios suban”, una declaración que refuerza su postura. ¿Cómo seguirá el futuro de la industria automotriz? Una pregunta que se hace la mayoría y que por ahora tiene más dudas que certezas, aunque la posición de los países o bloques regionales es clara.
El presidente fortaleció su opinión dando a entender que muchas empresas estaban trabajando en México y Canadá y que ahora, ante el comunicado del 25% de aranceles, muchas de ellas volverían a Estados Unidos. El impacto mundial es claro y conciso. Si una empresa no opera 100% en Estados Unidos, el trabajo será cuesta arriba y la producción más costosa, sobre todo para los países europeos que la mayoría de sus exportaciones abundan en USA.
El impacto es mundial porque el anuncio desde Estados Unidos altera toda la cadena de la industria automotriz. Europa es el bloque más golpeado a priori, primero por el ascenso significativo de China, y luego por la medida que será vigente a partir del 2 de abril. A medio y largo plazo será desafiante para todos, y también para Estados Unidos, según sus analistas, que experimentará una suba de precios en sus empresas.